A pesar de que los aspectos más graves del actual conflicto en Ucrania son la pérdida de vidas, la crisis de refugiados y la destrucción de infraestructura, uno de los temas que también ha capturado la atención mundial es el de las sanciones económicas. Éstas tienen un objetivo muy claro: causar estragos en la economía de un país, con el objeto de entregar un claro incentivo que desencadene un cambio.
Analizaremos brevemente en qué han consistido las sanciones económicas a Rusia, que se han caracterizado por una inusual gravedad. Sin embargo, uno de los principales productores. en un comienzo las medidas fueron mucho más tibias. El 24 de febrero Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron restricciones a las operaciones de los mayores bancos rusos en las principales monedas, aunque sí podrían procesar pagos por exportaciones de energía. Esto obviamente impediría a Rusia importar muchos productos, pero mantenía intactos los flujos por venta de energía, que representan más de la mitad de las exportaciones del país. La razón de esto era muy simple: los europeos dependen de manera significativa del gas ruso y el mercado mundial del petróleo se vería afectado sin el suministro ruso (uno de los tres mayores productores).
Sin embargo, durante el último fin de semana de febrero, y en parte debido a la presión de la opinión pública, las sanciones escalaron de manera significativa. De hecho, las alzas del petróleo y el gas se habían revertido tras conocerse las primeras sanciones, pues el mismo mercado consideró que harían menos daño del esperado.
Las nuevas medidas incluían dos especialmente significativas: aislar a una parte de los bancos rusos del sistema Swift y congelar las reservas del Banco Central de Rusia. El sistema Swift es un sistema de mensajería, el más importante del mundo, que permite procesar transacciones de forma más rápida y eficiente, lo que dificultará que los bancos rusos puedan hacer o recibir pagos de otras instituciones. Para hacerlo tendrán que encontrar otras formas de comunicación, lo que es posible, pero poco práctico para transacciones más pequeñas.
La segunda medida es en mi opinión la más dura. Los países del G-7 decidieron congelar el acceso del Banco Central de Rusia a las reservas que mantenía en esos países. Estas reservas son el fruto de años de ahorro por parte de Rusia, que ha decidido no gastar todos los ingresos que obtiene por sus exportaciones. Estas reservas se mantienen en varias monedas (dólares, euros, yuanes, yenes) en bancos alrededor del mundo, así como también en oro. En la práctica, la medida bloqueó el acceso a más o menos la mitad de estas reservas.
Rusia había incrementado de forma importante sus reservas desde el conflicto de Crimea en 2014, pasando de 368 mil millones de dólares a 630 mil millones. En 2014 su moneda había perdido la mitad de su valor frente al dólar y el plan era evitar una nueva crisis como ésa. ¿Y cómo se logra esto? Teniendo suficientes dólares para poder defender el valor de la moneda local ante una huida.
¿Y cómo se logra esto? Teniendo suficientes dólares para poder defender el valor de la moneda local ante una huida. Al lunes siguiente de anunciada la medida, el rublo se desplomó y pudimos ver imágenes de gente haciendo fila frente a los bancos para retirar depósitos. El Banco Central Rusia tomó medidas urgentes: más que duplicó su tasa de interés y obligó a empresas exportadoras a vender moneda extranjera.