- El IPC aumentó un 1% en noviembre respecto del mes anterior, superando las expectativas del mercado (0,4%)
- Las divisiones de alimentos y transportes lideraron las contribuciones a la cifra mensual; mientras que recreación y cultura, y comunicaciones registraron las menores contribuciones.
- Los salarios reales registraron su decimotercera disminución interanual consecutiva.
Según datos recopilados por el INE, el IPC aumentó un 1% en noviembre respecto del mes anterior, por sobre las expectativas del mercado (EEE y EOF: 0,4%), superando considerablemente el promedio de noviembre entre 2000-2021 (0%).

Dentro de las doce divisiones de la canasta, las de alimentos (incidencia: 0,36pp; variación mensual: 1,7%) y transportes (incidencia: 0,20pp; variación mensual: 1,3%) lideraron las contribuciones a la cifra mensual. Por el contrario, recreación y cultura (incidencia: -0,09pp; variación mensual: -1,4%) y comunicaciones (incidencia: -0,08pp; variación mensual: -2,1%) registraron las menores contribuciones.

La inflación en 12 meses (nov-22 vs nov-21) volvió a aumentar y llegó a 13,3% tras dos meses consecutivos de disminuciones (en octubre estaba en 12,8%). La cifra está sustancialmente por sobre el promedio de 3,13% registrado entre los años 2011 y 2019 y por encima también del objetivo de inflación a dos años del Banco Central (3%). Más importante aún, la inflación anual sin volátiles también aumentó desde 10,8% a 11%. Esto muestra que el aumento en la inflación anual no se explica solamente por aquellos productos más volátiles, como alimentos y energía.

Más específicamente, un 68% de los precios de productos de la canasta ha crecido más de un 6% anual (-1pp versus octubre), indicando que el alza anual en precios continúa siendo generalizada. Por el contrario, un 13% de productos tiene precios que disminuyen, al igual que en octubre. Esto indica que la inflación de noviembre fue impulsada por la alta inflación en productos que ya crecían a una tasa anual superior a 6%.
Lo anterior continúa contrastando con el registro de enero de 2020, cuando tan solo un 18% de los productos tuvo precios que crecieron más de un 6% anual y un 28% precios que, por el contrario, disminuyeron.

La alta inflación continúa reduciendo el poder adquisitivo de los trabajadores. El Índice de Remuneraciones Reales registró una disminución anual de 1,7% en octubre, siendo esta su decimotercera variación negativa (comenzando en oct-21). El valor del índice llega a 94,1 (versus 94,3 en septiembre), el menor observado desde nov-18. Estimamos que en noviembre el índice sufrirá otra disminución anual, debido a la alta inflación del mes, que será superior al crecimiento nominal de los salarios.

Condicional en que no existan futuras inyecciones de liquidez en la economía local, consideramos que la inflación retomará su tendencia a la baja. Por otro lado, en el plano internacional las presiones externas (cadenas de suministros y energía) se están difuminando, aunque el riesgo de que retornen continúa siendo alto.
En definitiva, la convergencia a la meta de inflación a 2 años no se pone en riesgo con el dato de inflación de noviembre, pero sí afecta la velocidad de convergencia, que será menor a la que esperaba el mercado. Esto tendrá un efecto directo sobre la política monetaria, que se mantendrá en terreno contractivo por un mayor tiempo en nuestra opinión.
La política monetaria actúa con rezago, incluso entre uno y dos años. De este modo, una política monetaria más contractiva es aquella en donde el Banco Central mantiene su tasa por un nivel superior a lo que espera el mercado. La decisión de mantener la tasa en 11,25%, tomada el 6 de diciembre, va en esa dirección. Además, la política monetaria contractiva de países desarrollados también refuerza este argumento, ya que una política monetaria expansiva depreciaría la moneda e induciría presiones inflacionarias adicionales.
Los nuevos datos de inflación (anual y esperada) y actividad económica serán fundamentales para comprender la trayectoria futura de la política monetaria.
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