Quizás el tema económico más importante del año en Chile, al menos a nivel de discusión familiar, fue el de la inflación. Hace muchos años que en el país no existía una preocupación extendida por aumentos elevados en los precios de la mayoría de los productos de la canasta de consumo mensual, precisamente el fenómeno que describe la palabra inflación: un aumento sostenido en el nivel general de precios.
Ahora que comenzamos un nuevo año resulta conveniente hacer un balance de lo ocurrido con los precios en 2022, analizando con algo más de detalle lo que sucedió con ellos. En primer lugar, hace pocos días el Instituto Nacional de Estadísticas reveló que la inflación del mes de diciembre pasado fue de 0,3%, cifra esperada por los analistas. Con este dato, la inflación de 2022 llegó a 12,8%. Esta es la inflación más alta en un año calendario de las últimas dos décadas—en 1991 la inflación fue de 18,7%. Mirando lo positivo, hay una mejora respecto de los peores momentos de 2022: en agosto el crecimiento acumulado en doce meses del IPC llegó a 14,1%.
Algo notorio en las conversaciones que uno sostiene es la sensación de que los precios han crecido incluso más de lo que muestran las cifras. Esto probablemente se explica por la alta variabilidad que hemos visto dentro de la canasta utilizada por el INE para medir la inflación. De hecho, la división que presentó la mayor alza en 2022 fue la de alimentos y bebidas no alcohólicas, que escaló 24,7% en 2022 y cuya variación en doce meses no dejó de crecer a lo largo de todo el año. En este grupo están muchos de los productos básicos que las personas compran semana a semana. La segunda categoría con mayor aumento fue la de transporte, otra donde la sustitución no es nada sencilla: creció 18,3% en 2022. En 2021, alimentos había aumentado 5,5% y transporte 18,9%. Más específicamente, un 75% de los productos presentes en la canasta vio sus precios subir más de un 4% el año pasado, mientras solamente un 14% experimentó descensos. Por otro lado, comunicaciones mostró una caída de 5,6% (la única de las doce categorías donde los precios se redujeron) y vestido y calzado apenas registró un cambio (0,6% de incremento).
En cuanto a las causas, el Banco Central de Chile estimó el año pasado que alrededor de dos tercios del incremento en precios era por causas de fenómenos locales. Aquí hay que mencionar los altos niveles de desahorro—asociados a fondos de pensiones y a los fondos soberanos— que generaron un significativo aumento en el nivel de liquidez de las personas, lo que disparó el consumo en tiempos en que la producción, por su parte, se vio enfrentada a severas limitaciones, ya fuera por causa de la pandemia y las medidas asociadas a su combate, o por las consecuencias de la guerra en Ucrania. Sin embargo, el Banco estima que, desde 2021, la mayor demanda ha tenido una incidencia superior en la alta inflación que la menor oferta.
De hecho, hay países que terminaron 2022 con resultados en inflación mucho mejores que los nuestros. Japón y Suiza tuvieron inflaciones de 3,8% y 3% anuales hasta noviembre, respectivamente—aunque dichos niveles de todas formas son altos para esos países. En América Latina, Bolivia y Ecuador terminaron el año con cifras de 3,12% y 3,74%, respectivamente. Es decir, no solamente hubo economías desarrolladas que fueron capaces de evitar escaladas de dos dígitos en el nivel de precios. También, para ser justos, hay países donde el problema ha sido mucho más severo que en Chile. Aquí no solamente encontramos ejemplos como Argentina y Turquía, sino también Estonia (17,6% en 2022), Letonia (20,8%), Hungría (22,5% interanual hasta noviembre) y Lituania (22,9% interanual hasta noviembre).
En Chile, el objetivo del Banco Central es una inflación de 3% anual dentro de 24 meses. Es más, entre 2011 y 2019 el promedio fue de 3,13%. Converger pronto a cifras como esas no es realista. El Banco Central ya ha subido de manera muy rápida su Tasa de Política Monetaria (TPM), lo que ha restringido el crédito en la economía. Los ciudadanos lo notan, por ejemplo, en el costo de los créditos hipotecarios. Con la TPM en 11,25% el Banco no tiene mucho más espacio para seguir restringiendo la política monetaria, aunque sí tiene mucha libertad hacia abajo—lo que será útil si la desaceleración es rápida y la economía requiere de estímulos, lo que en mi opinión es un escenario altamente factible. De hecho, es probable que en la reunión de fines de enero el Banco Central reduzca la TPM a 11%. Las expectativas de inflación a dos años se han acercado a la meta del Banco, pero la alta volatilidad que hemos visto en precios probablemente llevará a que la institución actúe con cautela.
Los principales riesgos en estos momentos son externos (precios de la energía y cadenas de suministro), aunque sigue latente el riesgo de nuevos retiros de fondos previsionales. La inflación disminuirá en 2023, pero nada garantiza que esto ocurra rápido. Además, dicha reducción solamente significa que los precios subirán a tasas menores y no que disminuirán. Los salarios han estado cayendo, en términos reales, hace más de un año. La disminución en la tasa de inflación servirá para que al menos se estabilicen y los chilenos puedan empezar a ver un escenario donde su poder adquisitivo vuelva a crecer, como lo hizo durante tantos años.
Este material tiene fines informativos y está destinado a ser utilizado únicamente con fines educativos e ilustrativos. No está diseñado para cubrir todos los aspectos de los mercados relevantes y no pretende ser utilizado como una guía general para invertir o como una fuente de recomendaciones de inversión específicas. No pretende ser una oferta o solicitud para la compra o venta de ningún instrumento financiero, producto o servicio de inversión. Este material no constituye una asesoría de inversión, ni sustituye dicho asesoramiento o servicios profesionales, ni debe utilizarse como base para cualquier decisión o acción que pueda afectar su negocio. Antes de tomar cualquier decisión o emprender cualquier acción que pueda afectar a su negocio, debe consultar a un asesor profesional cualificado. Al preparar este material, nos hemos basado en los datos proporcionados por terceros. La información ha sido compilada de fuentes que se consideran confiables, pero Altafid, PBC o sus filiales no hacen ninguna representación o garantía, expresa o implícita, en cuanto a su precisión, integridad o corrección. Altafid, PBC o sus filiales no garantizan que la información suministrada sea precisa, completa u oportuna, ni ofrece ninguna garantía con respecto a los resultados obtenidos de su uso. Altafid, PBC o sus filiales no tienen obligación de actualizar dicha información.