La inflación es el tema económico que hoy aparece más arriba en la lista de preocupaciones de la ciudadanía en las últimas encuestas que hemos conocido. Sin embargo, la atención de muchos también ha sido capturada por el alto nivel
que ha alcanzado el tipo de cambio del dólar frente al peso. Este último, además, impacta directamente en los niveles de inflación (productos importados, tanto finales como intermedios).
Hace tres semanas, el miércoles 6 de julio, el dólar llegó a cotizarse por
sobre los 1.000 pesos chilenos por primera vez en su historia. Si consideramos
que a comienzos de este año se cotizaba a 852 pesos, el “dólar a mil” significaba una pérdida de valor de la moneda chilena de casi 15%.
Si miramos hacia atrás, veremos que en 2020 el mencionado tipo de cambio cerró en 710,5. Esto significa que en 2021 el peso perdió más de 16% de su valor
frente al dólar; y si tomamos como referencia los mil pesos por dólar, la pérdida desde 2021 hasta ese momento era de casi un 29% (en prácticamente un año y medio). La sorpresa que provoca la cotización actual se entiende mejor revisando los valores históricos, muy lejanos de los actuales. Como referencia, el año 2010 terminó con el dólar transándose a 468 pesos.
La pérdida de valor del peso chileno no ha sido un fenómeno aislado. El dólar ha ganado valor respecto de las monedas de los países emergentes e incluso
frente a las de otras economías desarrolladas. Por ejemplo, el euro y el yen
japonés han sufrido caídas significativas este año. En el caso de estas dos
economías, los diferenciales de tasas con Estados Unidos han aumentado en favor de este último, lo que ayuda a fortalecer el dólar. El Banco Central Europeo ha comenzado recién la semana pasada a subir sus tipos de interés, siendo que la Reserva Federal de Estados Unidos subirá esta semana por cuarta vez los suyos.
En el caso chileno, el Banco Central sí ha subido agresivamente la Tasa de
Política Monetaria, pero aun así el dólar ha ganado mucho terreno. Las caídas
que experimentó el precio del cobre, el mayor déficit de cuenta corriente y los temores de una recesión global también contribuyeron a llevar el dólar a mil pesos. Eso sí, también hay un componente relevante de incertidumbre local que sería absurdo negar. Tal como Chile, las monedas de Brasil y Perú se apreciaron durante el primer trimestre de este año y perdieron valor durante el segundo. Sin embargo, en estos países las caídas no borraron las ganancias de la primera parte del año, como sí ocurrió en Chile. De hecho, el viernes pasado (22 de julio) el real brasileño y el sol peruano tenían mayor valor frente al dólar que a comienzos de año, lo que no ocurría con el peso chileno.
La rápida depreciación del peso llevó a las autoridades a intervenir. Primero fue el ministerio de Hacienda, que anunció el 24 de junio que liquidaría 5.000 millones de dólares, con un máximo diario de 200 millones. Luego, el 14 de
julio, el Banco Central anunció que intervendría en el mercado cambiario con hasta 25.000 millones de dólares, en un período que se extendería hasta fines de septiembre. Es altamente probable, viendo lo que ocurrió con la última intervención en 2019, que el Banco no termine utilizando el monto anunciado,
sino uno menor. Sin embargo, dado que hoy hay múltiples factores golpeando el
peso chileno, será más difícil que la intervención resulte exitosa. La venta de dólares del Banco se divide en 10.000 millones en el llamado mercado “spot” (entrega inmediata), mientras que el resto está destinado a operaciones de cobertura (que se cierran a futuro pero permiten a los operadores disminuir riesgos hoy).
El efecto del anuncio del Banco Central fue inmediato y el dólar cayó de forma brusca frente al peso. Eso sí, el repunte del precio del cobre también ayudó.
En cualquier caso, que este valor del peso se mantenga en los próximos meses
dependerá tanto de las condiciones locales como globales. Los movimientos en el precio del cobre seguirán siendo fundamentales: un precio bajo del metal encarecerá el dólar para los chilenos. También mayores tasas en Estados Unidos
perjudicarán el valor de nuestra moneda. Dentro de Chile, la política monetaria del Banco Central será un factor muy relevante, como siempre.
Finalmente, también en el frente interno, será importante despejar las dudas que existirán en temas fundamentales después de que se conozcan los resultados del plebiscito del 4 de septiembre. A eso se suma la discusión de la reforma tributaria, que incluye cambios relevantes para el sector minero (nuevamente, el cobre), entre otros.